Este
vídeo muestra una práctica que una profesora llevo a cabo con sus alumnos de
universidad. El objetivo de esta práctica era saber cómo se sienten las
personas que por mucho que se esfuercen no pueden llegar a hacerlo o los
convencemos de alguna manera de que no pueden hacerlo, así estos pierden la
confianza en sí mismos y pierden la motivación por superarse día a día.
La
práctica consistía en resolver una serie de anagramas que la profesora daba
previamente, uno de los grupos de alumnos recibía una hoja con unos anagramas
que si se podían resolver y el otro grupo de alumnos recibía unos anagramas en
el que solo se podía resolver uno de ellos, el último. Con lo que se pretendía ver
si, los alumnos, al ver que no podían resolver dos de ellos hacían el esfuerzo
y tenían la confianza en sí mismos para resolver el último que si se podía
mientras que veían que muchos de sus compañeros conseguían resolverlos sin ningún
esfuerzo. Al final se ve como muchos de los alumnos que tenían los anagramas
mal no consiguen hacer el último por la impotencia que sentían ellos mismos de
no poder hacerlo.
Esta
práctica fue llevada a cabo en nuestra clase por mi grupo de trabajo, fue
bastante interesante ver como todos los alumnos que no podían resolver la
práctica se frustraban y no conseguían concentrarse
al ver que todos los demás levantaban la mano porque habían terminado.
El
fenómeno de indefensión aprendida puede compararse de algún modo con el Efecto Pigmalión,
ya que en ambos casos la concepción que tenga de nosotros una persona puede
afectarnos y achantarnos para que creamos que no podemos hacer algo que está
dentro de nuestras capacidades. Por todo esto creo que sería bueno que todos los profesores y docentes, así como la
sociedad en general apoyen a los niños y adolescentes a sacar lo mejor de sí
mismos sean cuales sean sus intereses, motivándolos a vivir como ellos quieran
siempre partiendo de una motivadora y buena educación.